Infinito
Una mano abre el libro y se queda en la cubierta para siempre. El humo es un animal, o una escritura, la luna es sólo un punto hoy, el vagón duerme pero tú no, ya en la estación una escalera es tu almohada. Pero antes te dibujo, tu perfil y ese tren cerrado, abierto al tronco de un árbol quemado. En el velo de la mujer había un signo. La carta enviada no llegó a tiempo, tu mano abierta la esperaba. La calle vacía, la puerta abierta, en la ventana tu reflejo ya antes de que llegaras. (...)
David Jiménez
|